jueves, 8 de noviembre de 2012
Escribir
Nosotros también estuvimos abrazados. Era imposible separar ese abrazo porque en ese momento nos queríamos, o quizás necesitábamos querernos.
Porque ahora lo necesito y lo comparo con ese abrazo que todavía recuerdo, intentando parecer perfecta para encajar con tu cuerpo y sintiéndome pequeña y estrecha entre tus manos, que me hacían morirme de miedo si se ensartaban en minúsculas y delicadas caricias.
Pero de lo que más se acuerda mi memoria es de la luz de tus ojos cerrados rodeándome con destellos castaños y rubios de tu pelo.
Lo recuerdo todo y ya no me lamento porque no se vuelva a repetir más que en mi mente.
Me truena el corazón cuando lo pienso, me tiemblan las rodillas y los huesos, me da vergüenza y me río muy bajito, te quiero a viva voz y en pleno grito.
lunes, 1 de octubre de 2012
It tastes of me
lunes, 3 de septiembre de 2012
Ya no te imagino
miércoles, 15 de agosto de 2012
La educación prohibida (documental)
martes, 19 de junio de 2012
Para seguir cuerdos
Mostrarme tus credenciales
y esconderme el pasaporte.
sábado, 16 de junio de 2012
Una noche exactamente igual de diferente
lunes, 4 de junio de 2012
Oda al pizzaiolo
miércoles, 30 de mayo de 2012
"Ya no le quiero, es cierto, pero tal vez le quiero"
lunes, 21 de mayo de 2012
Próximamente en sus bolsillos
martes, 8 de mayo de 2012
Negarme a la ilusión
domingo, 6 de mayo de 2012
No hay más miedo
lunes, 23 de abril de 2012
Déjame que me enamore
aunque solo sea esta mañana
aunque solo sea este instante.
-No puedes, ya lo sabes
- Corrijo, no podemos. Yo ya me estoy derritiendo
con las fraguas de tus ojos, como si me
acribillaran con torturas que acabaran en éxtasis.
- ¿Por qué no dejas de soltar poesía por la boca?
¿Por qué no mejor callarte y besar?
- ¿Por qué no simplemente dejarte enamorar?
Sí, te beso y bien sabes que así podría ser feliz,
pero en el momento en el que me devolviste esa
mirada felina decidiste involucrarte, lo que pasa
es que tienes miedo.
- ¿A qué?
- A dejar el amor viejo y querido, tu vida y tus costumbres, el te quiero
por las mañanas, las plantas y las flores de la ventana, sentirte niño
jugando en el parque como una excusa, pensar en el amor nuevo
mientras planeas tu tarde, saber que lo nuestro es ya....
inevitable.
jueves, 12 de abril de 2012
Somos diferentes, ¿lo somos?
Dejé de hacer lo que me hacía especial cuando descubrí que todo el mundo lo hacía para sentirse especial. Dejé de cruzar solo por las líneas blancas del paso de zebra, dejé de comprar piruletas, de cantar por la calle. Dejé de de mirar a los ojos a los viandantes. De cerrar los ojos mirando al cielo. Dejé de bailar en los semáforos en rojo, de bajar las ventanillas del coche y cantar a pleno pulmón. Moraleja: dejas de ser especial cuando dejas de hacer lo que todo el mundo hace. Moraleja más profunda: haz lo que quieras.
martes, 10 de abril de 2012
Extraño amor
Todos me escriben cartas de amor. Me declaran la constitución y los mandamientos del deseo, de la fidelidad. De la felicidad. Me besan y me proponen noches de pasión. Todos me escriben notas de amor, menos tú.
Todas te escribimos cartas de amor. Te declaramos al oído los más bellos versos y el más recóndito calor. Te besamos y te proponemos mil y una noches de ilusión. Todas te escribimos notas de amor, menos ella, tu amor.
viernes, 6 de abril de 2012
Alone
I cling to my pillow as a very fanciful object. I don’t want to sleep alone tonight. I can’t move. I can’t breathe but this infected air of mine tonight. I don’t want to sleep alone. Not tonight. I need you to read me. Cry me. Miss me. But don’t let me be alone, because I feel lonely, just for a while. All night long. I will be ambling in this little space. Don’t let me unravel my feelings. Don’t let me glimpse the end of the night without your presence. Don’t let me see my unconcealed frailty and have me crawling on the flagstones of this very cold floor. Because I need your chest to slip down mine. Because I need your arms, tonight.
martes, 3 de abril de 2012
Ya mentimos a diario
Tengo miedo de olvidarte. De no ver tu cara por caprichos del destino, que es muy caprichoso. De verla demasiado y olvidar la forma de tus ojos, de tus labios, el color de tu piel y tu voz. Tengo miedo de quererte. De dejarme ir y no verte.
Tengo miedo de perderte, de que olvides y me destierres, sin quererlo y con descuido. Que me dejes de hablar, de eso tengo miedo. De que no desee más oírte, y sentir lo que ya siento. Es muy poco, pero es tanto, ese pozo y este llanto.
Olvidaremos, es probable, aunque en estas palabras te siento mío y ya nunca más podré liberarte. Porque sí, porque me rozas con tu voz y te detienes a mirarme. No te pones nervioso y me observas arrancándome la piel, porque sí.
De olvidarte tengo miedo. Tengo miedo, y tú lo sabes.
lunes, 26 de marzo de 2012
. Tú
Y es que ni siquiera quiero quererte. Quiero llevarte a mi rincón favorito. Quiero jugar. Mirarte de reojo. Quiero sonreírte y besarte en la cara. Hacerte cosquillas y ver las montañas, los cielos. Leer juntos en algún banco del parque, tumbarnos al sol mientras te canto canciones inglesas. Que me relates tu día, que me cuentes tu vida. Quiero escribirte una nota y mandarte un beso de pintalabios rojos. Comportarme como una adolescente con un amor oculto rozándote en la esquina. Comerte las comisuras y lamerte las heridas. Quiero olerte el cabello, tocarte la nuca y la nuez, perderme en tus ojos cristalinos y en tus orejitas de duende. Verte fumar y que me pases la mano por la espalda. Y me digas “en qué buen día la casualidad se cruzó en nuestro camino”. Quiero que me enseñes y que me hables de poesía. Que te rías con mis cosas y que te contagie mi alegría. Llenar mil fotos y mil sueños con tu cara. Preparar un viaje que nos transporte al infinito. Sentir tu abrigo. Quedarme quieta. Verte pasar. Te vas. Ha sido maravilloso y todavía estamos juntos. Aunque nunca lo estemos. Me voy, pero tú quédate esperando. Y es que ni siquiera quiero quererte. Porque ya lo hago.
sábado, 24 de marzo de 2012
Sexo y/o amor
Entré en su cama 20 minutos después de entrar en su casa. Le traje tabaco y él me recibió con un beso y una sonrisa. La casa, desamueblada. La cama, desordenada. El sofá, cómodo y los pies, descalzos.
Cuando hago el amor con alguien suelo olvidar la mayoría de las cosas, suelo quedarme, al final y sin remedio, con una idea general de la persona. Pero él fue diferente. Este chico maduro y extranjero hacía que desprendiese electricidad sin apenas haberme tocado. Seguro que ahora estaréis pensando en alguien con quien hayáis tenido una relación de ese tipo. La hayáis o no consumado. Lo mío fue un amor de verano. En este caso lo podemos llamar sexo, pero yo también lo llamaría sensualidad. Entendámonos. Sensualidad no es amor. Es una especie de complicidad que no se desarrolla, si no que se tiene con alguien. Una mirada, una sonrisa, una caricia, pero nunca amor. Ganas de volver a verse, hasta que dure.
Lo recuerdo muy bien. A este chico le gustaba chuparme la cara mientras nos revolvíamos entre las sábanas. Al principio, como en todo, me extrañó. Luego me dijo:
- Qué bien sabe tu cara, ¿te echas alguna crema o algo?- me espetó con fruición mientras me lamía la mejilla.
- Si, una crema hidratante- le dije para ocultar que lo que en realidad estaba degustando era una emulsión de maquillaje italiano.
Era así. Nos lamíamos, nos hacíamos, nos deshacíamos y volvíamos a vernos y a echarnos de menos. Hasta que el verano acabó y me puse a escribir acerca del chico que me lamía la cara.
martes, 20 de marzo de 2012
Entre tu lengua y la mía creamos un idioma
cada vez que meto tu pronombre,
posesivo o cualquier tú,
me meto en tu piel.
Y me río.
Necesito perderme en un sueño
en tu sonrisa
en la clara fantasía
en un roce de mejilla.
Y sonreír.
Y quizás, ver algo más,
caerme en el agujero
para caer en la oscuridad de ti.
Te pregunto y me sonríes
y te entiendo,
y me pierdes
y me hablas y ya sabes que me tienes.
Porque tus palabras, no,
no las he escuchado,
pero tu risa
me retiene a tu lado.
Y yo, tonta,
te sonrío.
viernes, 9 de marzo de 2012
Te busco, te pienso, te siento
cuando posabas los pies sobre el edredón
y me preguntabas por qué la luz era tan fuerte,
por qué había una luz cegadora, amor mío,
que entraba por la persiana
y formaba estrellas en nuestro techo,
que derramaba lágrimas en nuestro pecho.
Así me fui acostumbrando a tí,
y es que olvidarte era muy fácil
hasta el día en que no te pude ver
no a tí,
no al destello que presionaba contra mi piel
y mi pelo, y mi cuello.
Pero hoy te busco, me has visto preguntando por tí,
has estado conmigo, más que en sueños
pero nunca en la luz del día en que ya no te vi,
Solo en sueños, y apenas oigo tu secreto
ya sé, que solo en sueños, te tengo
y me da miedo.
La vida en libro
Historia de la sonrisa de un niño
7 minutos en tu boca
Canciones de guerra
Tú, Ecce homo
La batalla de los versos
Mañanas francesas
Cuando despiertas en mi cama
Ahora solo me falta escribirlos
domingo, 19 de febrero de 2012
Ayer te besé
Te besé en la cara, en el mentón, te besé consciente de esa prematura atracción.
Sin sentir nada, ni siquiera amor.
Me paro a pensar que ayer me besaste, y sé con certeza que algo falló..
no supiste besarme ni una pizca el corazón.