Tengo miedo de olvidarte. De no ver tu cara por caprichos del destino, que es muy caprichoso. De verla demasiado y olvidar la forma de tus ojos, de tus labios, el color de tu piel y tu voz. Tengo miedo de quererte. De dejarme ir y no verte.
Tengo miedo de perderte, de que olvides y me destierres, sin quererlo y con descuido. Que me dejes de hablar, de eso tengo miedo. De que no desee más oírte, y sentir lo que ya siento. Es muy poco, pero es tanto, ese pozo y este llanto.
Olvidaremos, es probable, aunque en estas palabras te siento mío y ya nunca más podré liberarte. Porque sí, porque me rozas con tu voz y te detienes a mirarme. No te pones nervioso y me observas arrancándome la piel, porque sí.
De olvidarte tengo miedo. Tengo miedo, y tú lo sabes.
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