miércoles, 30 de mayo de 2012

"Ya no le quiero, es cierto, pero tal vez le quiero"


Sin dudas, se asfixiaba. Y solo le salía otro nombre por la boca. “¿A quién amas? joder, ¿a quién amas?”. De rodillas, agarrándose al pollete de la cocina se hacía la misma pregunta una y otra vez. Ella debería haber pronunciado otro nombre, pero en ese momento, en ese instante en el que las almas buscan reposo y tranquilidad, en el que deberían recoger los momentos más significativos de su vida en fotogramas, ahí le traicionaron los nervios, el corazón.

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