Hay cosas que nos pasan delante de los ojos sin que podamos hacer nada. Hay momentos en los que por el más mínimo detalle, decidirnos ir a clase o tomarse un café con alguien que encuentras en la calle, hablar con un desconocido o pasarte la tarde en los brazos de morfeo.. por esas cosas el rumbo de las cosas pueden cambiar, y lo peor es que nunca sabemos las consecuencias, y lo mejor es que nunca las sabremos hasta que nos arriesgamos. Hasta que hablamos. Hasta que pensamos en lo que estamos haciendo, en lo que sentimos nosotros. Hoy decido arriesgarme, aunque luego... ni lo haga, ni tenga la oportunidad, ni las cosas vayan como yo había esperado.
Tengo miedo a hacer lo que siento, no vaya a ser que una de estas... me enamore de verdad.
Y otra vez de la persona equivocada...
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