Esa pequeña cosa que te arruina el día siempre tiene que ver con el amor. Nos empeñamos en esconderlo, haciendo que se vea pequeño, insignificante. Pero lo cierto es que nos persigue la idea del romántico ajuste de cuentas, de las peleas sangrientas y sureñas llenas de pasión, los amores encontrados después de los años, incluso algún que otro beso descuidado en la comisura de los labios.
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